Cómo el Yoga e Instagram se pueden "cargar" tu espalda
...O al menos cómo “se cargó” la mía. Vale, yo siempre pensé que este tipo de lesiones sólo le pasaban a otros conque me habría reído de un artículo titulado así hace unos meses. Pero entonces llegó el dolor... Por supuesto, tiene que ser muscular, ¿verdad? Nada difícil de subsanar. O al menos eso es lo que pensé hasta que visité a mi mejor “te-lo-arreglo-todo” fisioterapeuta y osteópata...y el dolor seguía allí. Después vino el resultado de la resonancia magnética: Protrusión discal posterocentral en D6 – D7 con rotura del anillo fibroso. Un momento...¿Qué? ¿Una protrusión discal? ¿Y encima dorsal? ¡Si ni siquiera el 5% de las protrusiones discales ocurren en la protegida zona torácica! ¡¿ Cómo es posible?!
Pero retrocedamos algunos meses en el tiempo. Allí estoy yo haciendo mis Surya Namashkars (Saludos al Sol), una de las prácticas básicas en el Yoga de hoy en día. Porque...¿Cómo vas a ser un instructor de Yoga de pro si no haces tus rondas de Saludos al Sol?, ¿verdad? Así que estaba yo doblando hacia atrás mi espalda (extensión de columna) y a veces aparecía alguna molestia...claro que, después viene inclinarnos hacia delante (flexión de columna) y... ¡oh! ¡Esto sienta tan bien! ¡Sólo tengo que tomarme con más calma la siguiente ronda! Pensaba yo...Después algunas series más, ¡ya entramos en calor!, pero ¡oye!, mira el profesor...él se inclina hacia atrás. ¡En realidad todos consiguen llegar atrás y yo sólo estoy yendo hacia arriba! No parece que lo esté haciendo muy bien, quizás no me esté esforzando lo suficiente, vamos a esforzarnos un poco más en la siguiente ronda...
Entonces damos una vuelta por Instagram, y el “supermercado” de hacer el pino con las manos, con la cabeza, “con las orejas”, extensiones profundas de columna, flexiones profundas, torsiones profundas y “nudos marineros profundos” está servido. Y es tan agradable a la vista, ¡tan bonito!
La trampa con el Yoga en comparación con la “demonizada”, por algunos practicantes de Yoga, cultura del gimnasio es una cuestión de percepción. Y me refiero por ejemplo, a que si entramos en el gimnasio y vemos a alguien el triple de grande que nosotros levantando en press de banca todos los discos disponibles en la sala probablemente no pensemos “¡Exacto!...Creo que eso es lo que voy a hacer yo también...¡Hoy mismo!”. La diferencia entre los tipos de cuerpo son más evidentes y el riesgo de quedar “aplastado” bajo un exceso de peso más obvio. Probablemente estemos más interesados en el efecto del entrenamiento con pesas en nuestro cuerpo (que por cierto es lo que seguramente vayamos a publicar en las redes sociales) que en mostrar fotos o vídeos de nosotros levantando una carga enorme (aunque hay gente para todo).
En Yoga muchas veces cometemos el fallo de centrarnos más en cómo se nos ve que en lo que sentimos. Se supone que hemos de conectarnos con los efectos positivos en nuestro cuerpo y en nuestra mente pero estamos demasiado ocupados con el aspecto estético. Y entonces vienen los errores que repetidos en el tiempo (o incluso en varias ocasiones durante una misma sesión práctica) están pidiendo problemas.
No te culpo. Yo también caí en la trampa. Después de todo, en estos días vivimos en un mundo muy visual. Ahora que tengo que darle descanso a mi columna por un tiempo, todavía hago mi práctica de asanas. Seguramente mi hastapadangusthasana tumbado no sea lo más artístico o estético y no me vaya a conseguir muchos “me gusta” en Instagram pero las sensaciones son taaaaaaan buenas...Y al final, eso es lo que cuenta, ¿no?